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Restauradores y arqueólogos del INAH terminaron con la exploración y recuperación de ofrendas en la cámara que será estudiada. Se trata del autómata Tlaloc II-TC, que investigara unos 35 metros que restan del conducto subterráneo que lleva a una cámara de principios de nuestra era y donde, muy probablemente, los personajes importantes de la ciudad prehispánica, eran vestidos o pudieron ser sepultados.
El suelo presenta dificultades propias de la topología del lugar: desniveles, arena y piedras de diferentes tamaños; pero ninguna de ellas será un problema para el avance de este nuevo robot. Será la tercera vez que un dispositivo autónomo se convierte en una importante herramienta de exploración.
Tlaloc II-TC se compone, a su vez, de un robot “insecto” que es transportado por el dispositivo “madre”, del cual desciende respetando las instrucciones dadas desde una computadora. Mide 40 centímetros con sus brazos extendidos y lleva consigo una cámara infrarroja. El objetivo será estudiar el ambiente, a nivel del suelo.
La tercera parte se trata de un robot volador diseñado con cuatro hélices que le permiten quedarse suspendido en el aire para tomar fotografías o filmar.
Visto en: http://www.robotikka.com
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