Starbucks planea introducir cambios en 200 de sus cafeterías del área de la Bahía de San Francisco, así como en otras 10 de Londres: concretamente, la instalación de mobiliario con cargadores inalámbricos incluidos. De modo que por fin, tras varios años en los que los usuarios hemos presenciado la tecnología de carga inalámbrica únicamente a través de demos en grandes eventos tecnológicos, podremos ser testigos de su desembarco en el cotidiano ámbito del gran consumo, entre frappuccino y frappuccino. Aunque han elegido empezar por San Francisco y la capital británica, los planes de Starbucks no se detienen ahí y ya planean instalar esta tecnología en todas sus cafeterías en Europa, Asia y Estados Unidos.
Pero, como en todo proceso de implantación masiva de una nueva tecnología (¿recordáis la batalla VHS / Beta?), el auge de la carga inalámbrica va unida a conflictos entre diferentes estándares. Las mesas de Starbucks. por ejemplo, permiten cargar nuestro teléfono inteligente usando tecnología Powermat de Duracell. El grupo de gestión de este estándar abierto, la Power Matters Alliance está integrada por 68 miembros entre los que destacan -además de la propia Duracell- AT & T, Blackberry, HTC, LG, Microsoft, Samsung, Qualcomm, etc. Pero enfrente se encuentran las 200 compañías aunadas en torno a la Wireless Power Consortium, entre las que cabe destacar Logitech, National Semiconductor, Nokia o Sanyo. Su tecnología -llamada Qi-es la usada por Ikea para equipar una de sus líneas de lámparas y mesas.
Ambos estándares hacen uso de la denominada ‘carga inductiva’, en el que el dispositivo emisor de energía transmite energía al teléfono creando un campo electromagnético entre ambos. No es necesario que ambos permanezcan en contacto directo, pero los niveles de potencia utilizados por Ikea y Starbucks (menos de 5 W), les obligan a permanecer muy cerca (a menos de 4 cm). Por tanto, la principal diferencia entre los dos estándares reside en la longitud de onda: 100 a 205 kHz para Qi y 277-357 kHz para Powermat.
Pero Ikea y Starbucks no están siendo las únicas empresas en tomar partido en esta batalla. La carga inalámbrica llegará también al campo de los automóviles, y dos de las primeras grandes marcas en anunciar su apuesta por estas tecnologías lo han hecho a través de formatos diferentes: Toyota con Qi, y General Motors con Powermat. Por su parte, la cadena de comida rápida McDonalds, ha sido más salomónica, y está ya probando Powermat en locales de Nueva York y Qi en otros del Reino Unido.
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