La escasez de nuevos usuarios fuerza la caída del consejero delegado de Twitter

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La pasividad ante los tuits amenazantes y el auge de las «apps» de mensajería frenan el crecimiento de la red social



Richard Dick Costolo, el 20 de junio de 2012 durante un seminario de esta red social en el marco de la edición 59 del Festival Internacional de la Creatividad, en Cannes (Francia)

Se intuía que, tarde o temprano, Dick Costolo dejaría su cargo como consejero delegado de Twitter. Así ha sido. Hostigado por los inversores, presionado por unos usuarios que no llegan (la tasa de crecimiento no ha convencido desde su salida a Bolsa) e impotente ante un escenario cambiante en el que las aplicaciones de mensajería son los nuevos reyes, ha decidido tirar la toalla.

Lo hará el próximo 1 de julio y sin explicar las razones. Su sustituto será una de las personas más queridas de la plataforma, Jack Dorsey, que se encargará de liderar la transición hasta nombrar un nuevo responsable definitivo. La empresa norteamericana ha decidido soltar lastre mientras explora nuevas formas de monetización de la plataforma del pajarito azul. «Estoy tremendamente orgulloso del equipo de Twitter y de todo lo que hemos logrado durante mis seis años en la compañía», ha asegurado Costolo como despedida. Dorsey, por su parte, se ha dirigido a empleados e inversores intentando rebajar la incertidumbre: «El futuro pertenece a Twitter, en gran parte gracias a la visión y dedicación de Costolo; ha creado un equipo de primera para seguir creciendo y cambiando el mundo».

Escaso aumento de los usuarios

Pese a los logros obtenidos desde su aparición, con un modelo de microblogging e interacción entre los usuarios hasta entonces inexistente, muchas personas siguen sin encontrarle atractivo o no aprecian sus prestaciones, por lo que la incorporación de nuevos usuarios en los últimos años ha sido menor de lo esperado.

Uno de los puntos de inflexión se produjo a final del pasado año cuando Instagram, una red-aplicación destinada a publicar imágenes, se situaba a la altura de Twitter al alcanzar los 300 millones de usuarios.
El crecimiento de la red del pajarito se ha basado desde el principio en esa marea de noticias compartidas, de comentarios más o menos afortunados y, sobre todo, de que la curva que recoge el ingreso de nuevos seguidores apunte hacia el cielo. No lo ha conseguido a tenor de los inversores, quienes no podían ocultar su nerviosismo. Actualmente, cuentan poco más de 300 millones de usuarios y cerró el ejercicio de 2014 con 285 millones, aunque con un crecimiento menor que el año anterior.

Ha coincidido, además, con una popularización de herramientas de mensajería para teléfonos móviles como Snapchat o WhatsApp con las que las nuevas generaciones se sienten próximos a sus amigos y, tal vez, alejados de la sobreexposición a la que somete Twitter. «La razón fundamental por la que el público joven utiliza otras plataformas es la capacidad de ser anónimos y que lo que cuenten quede en su círculo, dado que están cada vez más preocupados por su privacidad. Ahí han ganado la batalla», explica a ABC Mauro Fuentes, director de redes sociales de Ogilvy & Mather España, y uno de los usuarios españoles más veteranos (se unió en marzo de 2007).

Cambios en su esencia

Frente al auge de las «apps» de mensajería, Twitter ha intentado mejorar su opción de mensajes directos tras observar la existencia de un «Twitter oculto» en el que los usuarios mantenían las conversaciones en privado. Para ello ha introducido formas para llegar a usuarios que no son seguidores y se eliminará en los mensajes privados la restricción de los convencionales 140 caracteres.

Todos los cambios de los últimos años han provocado que, para muchos seguidores, se haya perdido su esencia. Inserciones publicitarias y «trending topics» –temas del momento– patrocinados les ha incomodado, hasta el punto de plantearse abandonar la red. «Hay usuarios clásicos que están desencantados con las últimas decisiones, porque parece que están dando palos de ciego», subraya este experto.

Hacia la rentabilidad

Para otros expertos del sector como Iván Rodríguez, director de operaciones de la firma de análisis Pirendo, Twitter lleva dando esos «palos de ciego» desde 2006. «Siempre está haciendo hincapié en comercializar, pero ha tardado mucho en dar el paso de acercarse a las empresas, algo que podrían haber hecho desde el principio, máxime cuando grandes marcas se hicieron fuertes en Twitter», matiza.

La empresa perdió unos 162 millones de dólares en el primer trimestre del año, a pesar de que los ingresos se incrementaron hasta 435 millones. Con todo, ha querido trasladar un mensaje de confianza con unas previsiones que apuntan a entre 470 y 485 millones de dólares en el segundo trimestre y unos beneficios cercanos a los cien millones. «No han sabido cómo monetizarlo y ahora han conseguido hacerlo, pero a marchas forzadas. Esa fuerza que está haciendo para monetizar está provocando que haya una tasa de abandono mayor», sugiere.

La lucha contra el acoso

Una de las grandes críticas a Twitter es su pasividad ante el problema de los acosadores y las amenazas. Se trata de una red poco atractiva para usuarios ocasionales. De hecho, sólo recientemente ha actuado para frenar a los «trolls» –como se conoce a los acosadores en redes sociales– con nuevos mecanismos de denuncia.

Al mismo tiempo, esta «limpieza» podría suponer una «espantada» de usuarios, pero en opinión de los especialistas consultados, si no ataja ese problema, el riesgo de impedir la entrada de nuevos usuarios es mayor.

Éxitos fulgurantes caídos en desgracia

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