El futuro de las interfaces

¿Cuando las cosas empiecen a pensar?

Una interfaz no se presenta únicamente en la pantalla de la computadora; hay diferentes tipos de interfaces en muchos otros dispositivos, como el horno de microondas, el teléfono celular, etc. Sin embargo, el término forma parte de la jerga informática y es tan coloquial como ubicuo; tanto, que a veces se traduce erróneamente como "interfase". Para aclarar las cosas, me ceñiré a la siguiente definición:
Plants At NightUna interfaz de usuario es la representación sensible de diferentes procesos intangibles, ordenada de manera coherente, de manera que permita la utilización inmediata de un dispositivo.
Hasta hoy, usamos interfaces gráficas, en las cuales los iconos son la metáfora visual de un comando o proceso del software; pero no siempre ha sido así. 

Antes del advenimiento de los entornos gráficos, los programas de computadora usaban la críptica línea de comandos. La evolución de los entornos visuales trajo consigo la preocupación por el uso por parte de personas con algún tipo de discapacidad, principalmente los invidentes. A esta preocupación la llamamos accesibilidad, que consiste en permitir el uso universal de los equipos informáticos, no importando las capacidades físicas o cognitivas del usuario, o el contexto del uso.
También son conocidas las interfaces auditivas, como los menús de opciones de las encuestas telefónicas con los cuales interactuamos por medio de las teclas del aparato, aunque hay otros, más avanzados, con reconocimiento de voz. ¿Interfaces táctiles? nos vienen a la mente los teléfonos y computadoras con pantallas sensibles al tacto o la maravilla de Microsoft, Surface que ha dejado perplejo al más escéptico.
A este ritmo, parece que sólo falta satisfacer a los sentidos del gusto y del olfato para conseguir una completa experiencia inmersiva, como en la mejor tradición de las fantasías de mundos virtuales tridimensionales. ¿Será acaso éste el futuro de las interfaces? La respuesta es ambigua. Por un lado, una representación tridimensional, se asemeja al mundo concreto, pero carece de la complejidad del mismo; aunque ofrece un entorno ideal para la visualización y comprensión de fenómenos del micro y macrocosmos. Imaginemos por un momento transitar por la Vía Láctea y recorrer, en unos cuantos pasos, cientos de años-luz, mientras conocemos las fascinantes imágenes de nuestra galaxia; o bien, pasear a un grupo escolar para explicar las partes de una mitocondria. Por otro lado, las exigencias de recursos para conseguir una experiencia realista, rebasa las capacidades de procesamiento y almacenamiento de la mejor súper computadora que pudiésemos conseguir.
Por ello, en esta recapitulación de la evolución de las interfaces y su prospectiva, creo pertinente incluir a la interfaz por excelencia, el mundo real. Por medio de las propias sustancias, podremos determinar diferentes cualidades de los objetos: color, tamaño, aspecto, temperatura, viscosidad... No sólo eso, la interacción que estableceremos con el universo circundante será cada vez más enriquecedora, plantas que demuestran estados de ánimo, vajillas que nos alertan acerca de nuestros hábitos alimenticios, joyas que almacenan nuestros recuerdos más gratos... Las posibilidades de esta interacción son infinitas. Vayamos preparando el camino para esta revolución del conocimiento.

Fuente: Sigue el enlace

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