Si
el siglo XXI será recordado por algo en futuras generaciones es muy
probable que sea por el avance de las nuevas tecnologías de la
información, y más concretamente, por cómo éstas han afectado y cambiado
nuestra manera de vivir en el planeta. Los ordenadores, internet, las
pantallas táctiles, las redes sociales, y demás inventos que año tras
año evolucionan más y más nuestra forma de vida, han hecho de nuestro
mundo algo muy diferente de lo que fue para nuestros padres, y esto ha
sucedido además con una velocidad y un impacto que es realmente difícil
de encontrar a lo largo de la historia.
Los seres humanos ya no nos
relacionamos de la misma manera. Los cafés y bares donde se conocía
gente y se estaba de tertulia siguen allí, pero han surgido nuevos
canales de comunicación, de entretenimiento, de negocio, en los que nos
comunicamos entre nosotros, compartimos ideas y pensamientos, y
establecemos nexos con personas que, en muchos casos, apenas conocemos, y
que de ninguna manera conoceríamos de otro modo.
Internet se ha convertido en uno de los
inventos más grandes de toda la historia, ofreciendo unas posibilidades
que el ser humano jamás había conocido. Internet probablemente es el
invento más revolucionario desde la imprenta de Gutenberg. Una
herramienta que ha crecido sin parar, a una velocidad inusitada, y que
se encuentra tan presente que hoy nadie, en buena parte del mundo,
podría concebir la vida cotidiana sin ella. La red ha marcado un antes y
un después en la historia del hombre. Nos relacionamos con personas a
través de Facebook, seguimos la actualidad a través de Twitter, buscamos
toda la información necesaria en Google, compartimos nuestros archivos a
través de Dropbox y nos sentamos a reír durante horas mirando 9Gag, o
escribimos nuestro diario en un procesador de texto. Hasta jugamos a la Ruleta online
en Botemania. Prácticamente cada acción de nuestra vida ha pasado del
formato físico al digital convirtiendo a los ordenadores en el elemento
más importante del hogar. Parecía imposible que la Televisión perdiera
ese privilegio, pero así ha ocurrido (de hecho ha sido totalmente
absorbida).
Y
el futuro no parece tener límite. Si la historia del mundo es la
historia del desarrollo y la inventiva del ser humano, las nuevas
tecnologías se presentan como la vanguardia de lo que seremos capaces de
hacer en el futuro: Nuevos materiales, nuevas fórmulas, nuevas
aplicaciones que generarán inventos nunca vistos, cambiando nuestra
manera de vivir como no somos siquiera capaces de soñar. Habrá algunos
que lo demonizarán. Que preferirán lo antiguo y gritarán contra el rumbo
que esto toma. Pero lo que nadie podrá dudar es que las nuevas
tecnologías son, actualmente, la mejor representación de la capacidad y
el alcance de la mente humana.
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