
El estudiante sueco se frustraba cada vez que tenía que hacer cola para poder pagar en un establecimiento. Unos dos años atrás, se percató de que incluso utilizando la tarjeta de crédito, pagar era un proceso que ocupaba demasiado tiempo. Una vez que ideó el patrón de venas como medio de pago, hizo la propuesta y comenzó a trabajar con distintas tiendas y cafeterías del campus de su universidad. Desde su punto de vista la parte más compleja del desarrollo fue el proceso para conectar a todos los participantes, ya que los escáneres, los bancos y los establecimientos debían estar conectados simultáneamente para que todo funcionara correctamente y al mismo tiempo, fuera fácil de utilizar. El proceso que hay que llevar a cabo para utilizar este servicio es muy sencillo. La persona simplemente tiene que acudir a un establecimiento que cuente con un escáner, introducir su número de seguridad social, escanear su mano tres veces, introducir su número de teléfono y recibirá un SMS para confirmar el proceso, que una vez activado, ya está disponible para utilizar su mano como medio de pago.
Para Leifland, es imposible de saltarse la seguridad de su servicio, ya que lejos de otros sistemas biométricos de autenticación, el patrón de venas de cada persona es único y necesario para que el servicio acepte el pago, no lo hará sin utilizar la mano. Queda ver si nadie demuestra lo contrario como pasó con el lector de huellas digitales del Galaxy S5 que fue vulnerado hace unos días.
0 comentarios:
Publicar un comentario