Qualcomm, Intel y MediaTek presentan nuevas propuestas para impulsar dispositivos móviles más potentes y que consuman menos batería
Un responsable de MediaTek muestra una zapatilla conectada... |
Los cerebros de los smartphones y de los wearables,
los procesadores, también cuentan, y mucho, a la hora de lanzar un buen
dispositivo. Y si la rivalidad entre fabricantes de terminales es muy
fuerte, la que mantienen los proveedores de chips no es menor.
Qualcomm es líder en procesadores.
Su modelo estrella, el Snapdragon 810 está en los principales modelos
de alta gama: LG, Sony, incluso en los emergentes como OnePlus One, de
China. Su presidente Derek Aberle no se conforma, quiere ir más allá, y
ya se atreve a hablar del 820, su sucesor: un chip que mejorará la vida
de la batería y potenciará la velocidad de conexión, según promete la
empresa.
Intel, tradicional líder en el mundo del ordenador, llegó rezagado al móvil.
Confió en este negocio tanto, que cuando quiso atacar solo pudo hacerlo
con modelos modestos para países en desarrollo, como India y algunas
partes de África. La estrategia sirvió, poco a poco han subido el listón
y, aunque no son la primera opción, ya son segundos. A cambio, desde
hace 18 meses marcan el paso en tabletas. Con Windows 10, el último
sistema operativo de Microsoft, han visto el cielo abierto. Les permite
la reconquista del móvil a la vez que mantienen su posición de
privilegio en tabletas y PC.
Brian Kzranich, consejero delegado de Intel, tiene un as en la manga,
se llama Curie, en homenaje a la investigadora. Es el sucesor de
Edison, su chip para wearables. “Es un campo lleno de imaginación”, subraya.
Nixie es solo una de las ideas que apoyan, una pulsera que se convierte
en drone y hace selfies. Una idea propia de las novelas de ciencia
ficción pero muy cerca de convertirse en realidad.
MediaTek es el tercero en discordia. La taiwanesa es vista como la
gran amenaza de Qualcomm. Sus chips ya dan vida a un gran número de
móviles de Xiaomi, ZTE, Lenovo, BQ, Wiko, Kazam… La compañía se asocia a
smartphones de gama baja o media, pero quieren borrar esa imagen. No
renuncian a los móviles top y su procesador Helio X10, se lanzará con
fabricantes como Sony, HTC y Alcatel en terminales de gama alta. “Con
capacidades multimedia y una gestión de consumo de batería imbatibles”,
dice Gabriel Treiband, su responsable para el Sur de Europa.
La compañía también ha puesto el ojo a los wearables, un
mercado cada vez más jugoso. Tienen su tecnología MT2601 y MT2602 para
relojes, gafas inteligentes, internet de las cosas, y curiosas
propuestas como unos zapatos para niños, con GPS y localizador por wifi,
para que los padres -con una aplicación descargada en el móvil- puedan
saber en cada momento dónde está el pequeño. Los zapatos llevan carga
inalámbrica.
Aberle y Kzranich reconocen una carencia, la necesidad de afrontar
las exigencias gráficas de los nuevos tiempos. El primero es consciente
de que las gafas de realidad aumentada, como las cardboard de Google o
las VR de Samsung, van a pedir el máximo de los móviles. El segundo es
reticente a hablar de precios, pero sabe que no pueden cobrar lo mismo
que en ordenadores. “En cada salto de generación hay que sacrificar
algo: batería, rendimiento o precio. Procuramos equilibrarlo, pero no es
sencillo”.
A este panorama se suman dos nuevas tendencias, la fabricación en
casa. O, al menos, el diseño. Este es el caso de Apple, que no delega en
terceros para hacer el ‘motor’ de sus iPhones. Samsung, el gran cliente
por excelencia de Qualcomm, ha prescindido de ellos para la estrella
del MWC, el Galaxy S6. Su nueva joya funciona con Exynos, como denominan
a sus chips. Una parte del pastel se queda en las arcas de los
fabricantes, a la vez que consideran que ellos conocen mejor el resto de
los componentes que si lo hacen terceros. El procesador pasa a ser un
traje a medida en lugar de un gran almacén con diferentes tallas.
0 comentarios:
Publicar un comentario