MENSAJE DEL MES / ENERO 2011 |
BIENVENIDOS AL MUNDO DE LOS VALORES Esto no es un estudio a fondo de la Inmigración ilegal ni un ensayo sobre sus causas o una propuesta de corrección, que para ello existen miles de expertos y documentos al respecto. Deseo simplemente vislumbrar tersamente un enfoque ético del fenómeno. Desde tiempos inmemoriales, los seres humanos han migrado de sus lugares de origen a otros sitios lejanos o distantes en búsqueda de mejores condiciones de vida. Por lo tanto siempre ha habido factores de expulsión de los emigrantes de sus países de origen y también la presencia de factores de atracción de los países, llamémosles anfitriones. Es bien sabido de las grandes emigraciones de los países africanos y en menor medida de los países árabes hacia a Europa. Todas estas circunstancias son comprensibles, pero entonces aparece la pregunta, ¿Es ética la migración? ¿Se respetan los grandes valores de aplicación universal? ¿Se privilegia el respeto al otro país? ¿Nos instalamos en los valores de la Comprensión, la Disciplina, la Dignidad, o la Honestidad para impedir, acotar, o resolver este serio problema? Porque una cosa son las motivaciones para movilizarnos, que son entendibles, y otras son las circunstancias legales. Por otra parte, desde que la humanidad decidió poner fronteras, simultáneamente también estableció la legalidad de la mismas y todos los países, todos, sin excepción alguna, son muy celosos de estas fronteras. Por lo tanto se considera inmigración ilegal o irregular aquella que se da sin respetar las leyes del país anfitrión, quien seguramente pone candados para que no entren a su país libremente todo tipo de personas. Por lo tanto si aceptamos que existen las fronteras, aceptamos que cada país tiene la soberanía y la libertad de poner sus condiciones de aceptar o rechazar a tal o cual persona. Porque de no se así, entonces formulemos la propuesta de eliminar las fronteras y todos deambulemos libremente por todo el globo terráqueo. Estoy seguro que ningún país aceptaría esta absurda utopía. Y el motivo de ello, nos guste o no, es que hay enormes diferencias entre todos los países, aunque tengamos orígenes muy parecidos o raíces muy semejantes: hay países prósperos y los hay pobres, hay países ejemplo de honestidad y los hay campeones de la corrupción (sin agraviar al presente), las diferencias de idiomas son frecuentemente definitorias, las religiones que tan proclives son a dividir y separar, el clima y el medio ambiente, las diferentes formas de educación y tradiciones. Quizás sea un sueño utópico que algún día el mundo coexistiera sin fronteras y todos como hermanos nos aceptáramos incondicionalmente, lo cual a un futuro mediato no lo vislumbro. Ahora bien, ¿porque emigran los seres humanos? Y revisemos lo que ocurre en nuestro país de donde emigran hacia los Estrados Unidos más de un millón de personas al año. Sin discusión alguna, las personas emigran porque en nuestro país, en su propia tierra, no encontraron las condiciones económicas y laborales que les permitieran vivir en condiciones decorosas y estos escenarios se fueron dando progresivamente desde hace 70 o más años, cuando el partido en el poder desperdició la oportunidad histórica de crear un país sensacional y produjo el país que ahora tenemos con un enorme rezago económico/social y que en este momento, este país maltrecho, lo heredó y lo administra otro partido político. Es decir, le entregó el monstruo para que lo educara y ahora reclama porque es tan berrinchudo el escuincle que el creó. Por lo tanto las gentes se van por el formidable desempleo que existe, los bajos salarios, la presencia de una enorme población rural olvidada en una situación socioeconómica precaria a pesar de las reformas agrarias, de las secretarias de agricultura y de la CNC. Reparemos en el campo mexicano, donde en gran parte del país se pulverizó la tierra con la presencia del ejido, generando obviamente un desinterés por la inversión en esos fragmentos de tierra y obviamente poco productiva, pero eso si, el corporativismo y la presencia de líderes sin escrúpulos se reprodujeron por todos los ámbitos del país. México por años transitó por sexenios de populismo, canonjías, corrupción, subsidios, corporativismo sindical, con un modelo económico obviamente poco útil, pues ahí estan los resultados. La presencia de una enorme corrupción y delincuencia son otros elementos estimulantes para emigrar. Aunado a ello, los medios de comunicación de toda índole, incluyendo la televisión, la prensa escrita, el cine, las revistas, la Internet, han fomentado, voluntaria o involuntariamente, la imagen del tan anhelado “Sueño Americano” que despierta, indudablemente, un deseo o avidez por conocer. Hay otras razones, que no aplican totalmente en nuestro país, que obligan a la gente a desplazarse: como son las de tipo político con sistemas poco democráticos, persecuciones internas en el país por razones raciales o religiosas, guerras, tanto internas como internacionales, dando lugar a desplazamientos masivos de millones de personas. Se destacan en este sentido los grandes desplazamientos humanos ocurridos durante la segunda guerra mundial y en el período de la postguerra, que afectaron a muchos millones de personas. En otros casos son motivaciones de carácter ambiental las que movilizan a las personas, como son las huracanes, tsunamis, desertificación de la tierra, tal es el caso actual de Haití que como consecuencia del terremoto de Enero del 2010 muchos haitianos tuvieron que desplazarse a muchos países. Algunos han pensado que el fenómeno migratorio simplemente se mueve por inercia, ya que los residentes mexicanos en los Estados Unidos se están llevando a sus familias a los estados Unidos, sin poder generalizarse este comentario también es una razón de peso. Cifras estadísticas revelan que prácticamente 100,000 personas cruzan la frontera con EE UU cada mes con las consiguientes consecuencias y sufrimientos. Actualmente se calcula en más de 10 millones de mexicanos los que viven en el país fronterizo, de los cuales casi el 4 % son ilegales. Es decir, el 10 % de los mexicanos viven en ese país. Por lo tanto, las razones de fondo están en nuestro México ¡simplemente preguntémonos porque los americanos no se pasan la frontera como ilegales!, con sus delictivas excepciones. Obviamente que podríamos describir la cantidad de injusticias y sufrimientos que pasan los mexicanos en este status de ilegalidad, son motivo de chantajes, abusos policiacos mexicanos y americanos, secuestros, robos, enfermedades, alejamiento de su tierra de origen, incorporación forzada al mundo del narcotráfico, bueno, son indescriptibles las penalidades por las que atraviesan estas personas. Hay miles de historias que nos desgarran el alma, y de las cuales abusan muchos escritores y periodistas. Y ahora aparece la otra gran pregunta: ¿Que ocurre con la inmigración en la frontera sur del país? Con un flujo migratorio de entrada a México calculado en unas mil personas al día, que en su inmensa mayoría inician la travesía en nuestra tierra hacia "el sueño americano. Es bien sabido que gran parte de la delincuencia y de las vías del narcotráfico ocurren en estas latitudes. Los cárteles de la drogas de México adquirieron fincas o rentaron grandes extensiones de tierra a ambos lados de la frontera que divide al territorio mexicano de Guatemala, lo que les permite trasladar sin problema enervantes o armas de un sitio a otro. La falta de vigilancia en la frontera de México con Guatemala preocupa al gobierno de Estados Unidos, según se desprende de los últimos cables diplomáticos estadounidenses filtrados por WikiLeaks y recogidos por el diario español El País. En uno de los cables, la situación es calificada de "dramática" y los diplomáticos describen la frontera como un territorio dominado por narcotraficantes y contrabandistas de armas, donde las avionetas cargadas con cocaína aterrizan a plena luz del día. Parte del problema tiene que ver con la falta de presencia de las autoridades: mientras Estados Unidos tiene más de 30.000 agentes en la línea fronteriza con México, sólo 125 policías mexicanos protegen los límites con Guatemala. Son conocidos los conflictos que se dan en Chiapas y Quintana Roo por esta inmigración ilegal y nuestro país en una confusa política al respecto, tiene una actitud como de tolerancia hacia el fenómeno. Por un lado se esta enfrentando una cruenta batalla con los carteles del narco y por otra parte, pareciera que se facilita la inmigración ilegal, que significa finalmente facilitar la chamba al narco. Pero el comisionado del Instituto Nacional de Migración (INM), Salvador Beltrán, negó que en México exista o haya habido una "cacería de migrantes", y reiteró que la política del gobierno es en favor de los derechos humanos de los indocumentados porque hay una política de apertura". ¿Eso significa que tenemos la puerta abierta? O estamos pensando: “Que pasen, total no se van a quedar, van a los EE UU”. Pero no se nos olvide que este paso va acompañado de muy diversos fenómenos que mas tarde que temprano nos van afectar. Nadie niega que en los centros de detención de inmigración se debe de tratar al inmigrante en las mejores condiciones y respeto a sus derechos humanos elementales como son el respeto por su persona, apoyarlo con alimentos, atención médica, dormitorios adecuados, acceso a un abogado en su caso, tener contacto con sus familias, etc. Y es bien sabida la impresionante violación a los derechos humanos de estas personas en nuestro país. Me ha tocado vivir la experiencia de cómo los elementos de las autoridades de inmigración tratan con desprecio absoluto a las personas centroamericanas. Pero después de estas caricias a sus derechos humanos deben de retornar de regreso a su país, porque es un paso ilegal o insisto ¿Quitamos las fronteras? Por lo tanto, el asunto es eminentemente ético: si queremos que los Estados Unidos tengan un trato respetuoso por los derechos humanos de nuestros compatriotas, también tenemos que hacerlo nosotros con los inmigrantes centroamericanos. Si queremos que los estados Unidos faciliten el ingreso de inmigrantes a su tierra, también lo tendríamos que hacer nosotros, si queremos que los americanos abran su frontera, como así se percibe por las declaraciones populistas de los políticos, también tendríamos que hacerlo nosotros. Eso se llama integridad, el valor de la congruencia. ¡Jamás exijas a otros lo que tú no haces! ¿Será correcto, será prudente abrir la frontera y que vengan los centroamericanos a competir por los bienes y satisfactores de los que carecen muchos de los mexicanos y en especial los oaxaqueños? ¿Será correcto facilitarle la entrada al crimen organizado? Pregunto al Sr. Gobernador de Oaxaca Lic. Gabino Cué Monteagudo: ¿Qué hacía facilitándole la entrada a centroamericanos ilegales a Oaxaca?, acompañándolos en su viaje a Veracruz no se para que. Quizás cayó en esos afanes populistas tan tentadores que no desperdician nuestros políticos de quedar bien con los mas pobres ¿fregando a todos? Porque nos guste o no, finalmente por eso se llama inmigración ilegal, porque se estan violando las reglas, las normas, las leyes del país receptor o ¿quién se atreve a borrar las fronteras? Seamos asertivos: O abrimos las fronteras todos los países o si existen las respetamos. Hay propuestas para tratar de paliar el problema: Algunos países se inclinan por la repatriación forzosa, estrategia que ha fallado, porque simplemente no se ha detenido la inmigración. Por lo tanto la salida es formular acuerdos multilaterales, como lo ha propuesto la ONU, para regular los flujos migratorios y que éstos ayuden al desarrollo económico y social de los países y una solución viable es crear visas de trabajo temporales a inmigrantes honestos y un sistema especial a los ya residentes (ilegales o no) que deberán de diseñar los países receptores poniendo sus propias reglas. El programa debe ser creado para permitir que los trabajadores indocumentados que ya están en el país obtengan estatus legal basado en los años de trabajo y en un comportamiento productivo, estableciendo el país anfitrión el número de personas que requiera de acuerdo a sus necesidades laborales y no a las necesidades laborales del país exportador de emigrantes. Grandes cambios tenemos que realizar para evitar que continúen emigrando hacia los Estados Unidos más mexicanos ávidos de un empleo, de seguridad laboral, de mejores ingresos, de un mejor porvenir para sus familias, que evidentemente, aquí, en nuestro país no podemos brindarles por las fallas garrafales del pasado y luego pensamos que los responsables son los vecinos del norte. En este país tenemos que preocuparnos por crear las condiciones de competitividad, inversiones, productividad, seguridad laboral y jurídica para facilitar el empleo y evitar, realmente, la salida de miles de mexicanos al otro lado. Pero sobre todo, dejar a un lado las múltiples confrontaciones electorales que tienen a nuestro país paralizado en afán de intereses de grupo, de ideologías absurdas, de un multipartidismo obsoleto, de ambiciones electorales y de poder, realmente poco funcionales y nada útiles para México, que tienen distraído al país y no le permite dedicarse de lleno a las grandes soluciones. Para alcanzar tan ansiado sueño de prosperidad y desarrollo, paz y tranquilidad social, lo primero que tenemos que hacer, es fomentar y privilegiar apegados al concepto fundamental de EDUCACIÓN TÉCNICA DE CALIDAD. Tenemos que privilegiar una EDUCACIÓN ÉTICA SISTEMÁTICA, una educación en valores como una política de estado, pretendiendo que el gran cambio sea de orden generacional, de no ser así, no hay salida y nos seguiremos quejando y fincándole a los americanos nuestras culpas, debilidades e irresponsabilidades. En la actualidad, los problemas están en el Congreso que impide la construcción y promulgación de leyes modernas, no facilitando la aprobación de las grandes reformas estructurales: hacendaria, laboral, educativa, del estado, de seguridad, etc. que vayan sentando las bases de un país innovador, diferente, un país con una visión de largo plazo y dejar atrás el modelo de país sexenal. Pero en este México nuestro está prohibido que al otro le vaya bien. Y mientras esto no ocurra: ¡viva la emigración sabrosa para nosotros, pero inmigración ilegal para los EE UU! aunque no nos guste aceptarlo. Con el afecto de siempre Servando Nava Echeverría |
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