Sí señores, efectivamente, Google también va a tener su propio coche. Lo cierto es que ya cuesta pensar qué no toca Google en cuanto a tecnología
se refiere, pero eso no viene a cuento, lo que importa es que será un
vehículo sumamente especial… y bastante raro, estéticamente hablando.
No tendrá conductor, ni pedales, ni volante. Muy bien, ¿Entonces como lo conduzco? Te preguntaras. Muy simple, no lo conducirás, porque el mismo coche lo hará por ti. La propuesta de Google es la de un medio de transporte que funcione sin que nadie lo conduzca. Tú te montas, y él te lleva, así de simple.
Por lo que parece, funcionará con un sistema de sensores que permitirá al coche detectar obstáculos para así esquivarlos.
La velocidad máxima que alcanzará el prototipo será de unos cuarenta
kilómetros por hora, no demasiado elevada (no confiaría la conducción
más rápida a una inteligencia artificial).
Los últimos datos arrojados por Google hablan de unos 160 kilómetros de autonomía, y parece ser que en dos años podría estar disponible
para circular por la calle. Google tiene pensado una serie de
aplicaciones comerciales como un sistema mediante el cual podemos
introducir en el coche un artículo de una tienda online que nos
interese, para que este nos lleve hasta ella.
El lanzamiento definitivo está muy cerca (dos años se antoja
muy poco tiempo de espera), tanto es así que la compañía ya está
facilitando a sus trabajadores los primeros prototipos para que se
desplacen hasta el trabajo. A cuarenta kilómetros por hora, recordemos, y
no más. Parece que la seguridad es una prioridad.
A priori, parece que Google ha dado con el futuro de la automoción,
de una conducción sin conducción, eliminando así cualquier accidente
debido al factor humano. Eso sí, para el amante del volante puede
tratarse de una mala noticia.
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