El
hombre que vio en el diseño, el alma de la creación humana: Steve Jobs
Es
mejor ser pirata que alistarse en la marina (Steve Jobs)
Ahora
que quiero escribir acerca de este ser humano, aparte de la hoja blanca, no hay
nada blanco en mi mente. Muchas frases, anécdotas, datos, números y su discurso
en Stanford retumban en mi cabeza. Mis neuronas tienen una fiesta. De hecho, su
discurso me ha acompañado muchas veces en mi vida. Hay momentos que sólo me
digo: sigue hambrienta, sigue alocada, necia, imprudente, desatinada (stay
hungry stay foolish). Ese discurso me llegó al correo hace varios años.
Estar en una escuela donde las reglas son la piedra angular de todo, limitaba
un poco mi sentido rebelde y creativo hacia la vida. Cualquier cosa contraria a
esa férrea disciplina normalizante la he atesorado intensamente.
Lo que Jobs apuntaba al final de su mensaje para los recién egresados de esta
universidad de Palo Alto en California era algo que otros filósofos de la vida
ya habían apuntado antes. De hecho es extraño y, en medio de toda la
incomprensión, lógica la similitud de las vidas de estas personas: Cioran y
Jobs. Jobs fue dado en adopción. A Emil Mihai Cioran en 1935 su madre le
dijo que si hubiera sabido que iba a ser tan infeliz hubiera abortado.
"Soy sólo un accidente. ¿Por qué debo tomarme en serio?" –dijo Cioran.
Esta frase me rememora la idea de Jobs de que la vida es relativa, y esa
relatividad sólo cobra sentido al imponernos nuestras propias reglas para
vivir y las de nadie más.
William H. Gass definió el trabajo de Cioran como "un romance filosófico
en temas modernos como la alienación, el absurdo, el aburrimiento, la
futilidad, la decadencia, la tiranía de la historia, la vulgaridad del cambio,
la conciencia como agonía, la razón como enfermedad". “Definido en
ocasiones como un ‘filósofo sin sistema’, aunque sus planteamientos entran
dentro de la llamada filosofía del absurdo, sus obras fueron ampliamente
criticadas”. Cambiar el paradigma siempre conlleva una serie de críticas muy
fuertes. De hecho, por esa razón: cambiar las cosas, innovar, hacer lo que no
está previsto, hizo que a Jobs lo despidieran de la compañía que había
fundado. “Dicha fijación por ahondar en distintos canales del mercado
tecnológico, fue también la causa de su ausencia obligada en su propio negocio.
Lo corrieron en 1985”.
Muchos podrán decirme que Cioran era un pesimista acérrimo y que Jobs,
por el contrario, era un optimista. Lo único que sé, es que Jobs era un
perfeccionista. ¿No hay acaso en esa idea de la perfección y el control una
idea de que algo puede salir mal? ¿Acaso pesimismo no es la fijación de
evitar lo burdo y simple, que abunda en nuestro mundo, para
encontrar la verdadera belleza? “La constante en la visión de Jobs fue el
perfeccionamiento y la intuición de una experiencia de consumo perfecta. Por
ello es que podía supervisar desde la última coma de un comunicado de prensa
hasta la versatilidad de la pantalla de un iPad”. En los periódicos ya empiezan
a aparecer los decálogos. En uno de estos están “los 10 mandamientos que
llevaron a Steve Jobs a ser un genio” el primer mandamiento habla justamente de
la perfección: “busca la perfección. Jobs suda los detalles. La noche anterior
al lanzamiento del primer Ipod el staff de Apple se quedó toda la noche
despierto, reemplazando conectores de auriculares porque Jobs pensaba que no
eran lo suficientemente ‘Clickys’”.
Vivir con las propias reglas: como él mismo dijo y tradujo. A pesar de ser
despedido su creatividad siguió fluyendo: fundó Pixar, creó Toy Story. Él no
era su compañía, su compañía era él. Ese es todo el punto. Los seres humanos
tendemos a vivir y ser a través de algo más. Las etiquetas abundan: el
empresario, el abogado, el médico, el escritor, el pintor. En eso se pierde el
ser humano, caemos en la trampa, pero Jobs no dejó que eso le pasara. Él fue él
y hoy mi mundo, no sé si el mundo, lo recuerdan a él.
Me inspiro en él. No en la manzana, esa inspiración surgió de los Beatles. No
en lo estilizado de sus gráficos, eso surgió de sus clases de caligrafía. Me
inspira él y su rebeldía. Me inspira él y su disciplina. Pero no una disciplina
“normalizante foucaltniana” sino una disciplina aplicada a nuestro espíritu y a
lo que somos. Una vida coherente y honesta: esa es la aportación de Jobs a mi
vida.
Sólo amar lo que somos y amar lo que hacemos nos conduce a encontrar la
verdadera belleza. Jobs también mencionó en una de sus frases que la belleza es
el futuro de la humanidad. Pero creo que esa belleza sólo puede ser alcanzada
con honestidad. Pero para ser honestos hay que ser rebeldes. Ir contra la masa.
Esa masa de la que Elías Canetti habló en su obra Masa y Poder: “En el interior
de la masa siempre reina la igualdad: en el fenómeno de la masa las diferencias
entre los individuos se diluyen en pos de la fuerza común; se trata de un
cuerpo en el que todos los elementos son iguales en la medida en que están
fundidos en un mismo cuerpo unificado”.
La igualdad, esa frase que ha movido corazones y ha creado revoluciones. Pero
como todos los derechos fundamentales es un derecho relativo respecto a los
otros. Creo que la igualdad no sirve de nada si no conduce a la libertad. Esa
es la razón por la cual los individuos temen hacer el ridículo: no quieren
pagar el costo de salir de la masa. Siguiendo con los apuntes de Canetti: “La
masa ama la densidad: la densidad se refiere a la proximidad anímica y
puramente física de los cuerpos que integran la masa. En la formación de una
masa se invierte el temor a ser tocado por el otro, el temor a transgredir los
límites individuales de la persona, con lo que aparece una formación en la que
los integrantes de la masa se encuentran en constante contacto los unos con los
otros sin importar el "quién" particular de cada uno de ellos”.
Jobs dormía en el piso de los dormitorios de sus amigos y luego, muy temprano,
escapaba a sus clases de caligrafía o de lo que se le antojara. “De la mano de
Steve Wozniak comienza a asistir a las reuniones del Homebrew Computer Club,
donde Wozniak le cuenta que está intentando construir un pequeño computador
casero. Jobs se muestra especialmente fascinado con las posibilidades
mercantiles de la idea de Wozniak y le convence para fabricar y vender uno”.
“Debido a exigencias de contrato, Wozniak tuvo que dar a conocer su intención
de construir un ordenador personal a la empresa para la que trabajaba, Hewlett-Packard,
que desechó la idea por considerarla ridícula. Fue así como en 1976 nació Apple
Computer Company”.Ir contra la masa, ese es el otro punto. La masa era la
empresa, la igualdad era el camino equivocado. Jobs empezó a vender
personalmente los ordenadores.
Pero la rebeldía, la belleza, la libertad no tienen sentido sin el
conocimiento. Porque lo que aprendemos todos los días, en cualquier lugar, a
cualquier hora, es lo que genera nuevas cosas. El motor de la creación es la
curiosidad. Los padres de Jobs era una familia de clase media baja pero estaban
decididos en invertir en la educación de sus hijos. “En 1961 la familia se
trasladó a Mountain View, una ciudad al sur de Palo Alto que empezaba a
convertirse en un centro importante de la industria de la electrónica. Allí
asistió al colegio Cupertino Middle School y al instituto Homestead H.S.,
también en Cupertino. A Jobs le interesaban bastante la electrónica y los gadgets,
razón que le llevó a unirse a un club llamado "Hewlett-Packard Explorer
Club", donde ingenieros de Hewlett-Packard mostraban a los jóvenes sus
nuevos productos. Fue allí donde Steve vio su primera computadora, a la edad de
12 años.” Por eso, como me dijo un hombre, con el que convivo algunas veces al
día, algunos días, o sea, mi jefe: “hay que invertir en uno…uno se puede quedar
sin [comer] pero hay que invertir en uno”. C o n o c i m i e n t o, más
disciplina, más rebeldía (cómo lo he explicado en el texto). No sé si haya
formular pero suena mucho a la de muchas personas que pueden inspirar esta
misma filosofía: diseña, con belleza, con belleza diseña tu vida.
Recuerdo que la primera vez que entré a una tienda de Apple en el
Pacific Centre Mall en Vancouver estaba impávida. De hecho toda la ciudad me
tenía impávida y no pude empezar a entender hasta una semana antes de que
estuviera por dejarla. Supe, entre muchas otras cosas, que quería una mac
blanca con una manzana. Todo el ambiente de la tienda era algo así como un
museo de lo estilizado, el art déco, el minimalismo y algo más: Steve, Steve
Steve. Hasta los vendedores de la tienda eran parte del museo: sonrientes,
dispuestos, especialistas, intentaban hablar español por Dios! Actuaban como si
les hicieras un favor, y así era (en el estricto sentido empresarial). Coincido
con los periódicos cuando dicen que “su legado no se apagará mientras exista un
iPhone, iPad, iPod o computadora Mac disponible en el mercado o cuando se vean
esos audífonos blancos en las orejas de algún usuario” pero no por los objetos
per sé. Lo importante, su verdadero legado, está detrás de estos aparatos, de
estas invenciones: él es el legado. Él vino y cambió una era de la historia
tecnológica, él vino y revolucionó mi historia en general: él me hizo revisar a
mis autores favoritos, él… que me mantiene viviendo pero viva, hasta que muera,
que puede ser ahora mismo. Esa es toda la historia. Por eso “sigan hambrientos,
sigan alocados, necios, imprudentes, desatinados”.
Fuente :Dalia
Jazmín Antonio Marcos
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